martes, 3 de febrero de 2009

Yo era arena

Yo era arena cálida
ante el mar abierto
que cada mañana
rozaba mi orilla
con arrullos suaves,
dulces, melodiosos
en increíbles versos
que me aprisionaban.

Sus olas venían,
luego se marchaban,
pero toda esa espuma
quedaba en mis huecos
y me enardecía
sedienta de sus aguas.

La marea un día
ya no fue tan calma...
Llegó aquel oleaje
tenebroso, oscuro, frío
y azotó la playa
Y ya no fui arena tibia
sino este musgoso barro
donde anclan por las noches
naves de piratas.

Lucy Iaq

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