Se multiplica en el aire
el sonido de voces ausentes...
Aquellas que aún resuenan sobre las mesas
con estridente afán de cantos y placeres
Al calor de las siestas del insolente enero
se dilata el asfalto en la cinta plateada
que se pierde en un rumbo de distancias presentes.
Llevan prisa unas manos cargadas de lunas
Llevan prisa unos labios repletos de luceros
Y un corazón desborda mirra e incienso
por brindarle al Poeta, este día de enero,
un cortejo de luces, aromas y cielos
Lucy Iaq
martes, 3 de febrero de 2009
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