Cuando el calor de la tarde
no te nombre
en el surco aquel...
Permaneciente
eterno.
Donde plasmados
arpegios
aún castigan
con gotas salobres,
bocas infinitas,
en ayeres de sueños.
Hoy... estridentes
aullidos en las rocas.
Filosos marfiles
desgarrando cielos.
Desandaré porfías
bajo reflejos
de voces cansinas.
Sepultadas en besos.
Habitantes sin rumbos
de playas vacías,
serán tus manos.
Serán las mías...
Lucy Iaq
sábado, 17 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario