sábado, 17 de enero de 2009

Experiencias

El viaje que realicé a México en marzo del 2004, con motivo de participar "XII Festival Internacional de las Artes", "XII Encuentro Interamericano de Poetas, Navachiste 2004" fue una experiencia maravillosa que ha aportado a mi vida un enorme caudal de conocimientos, acumulados en el transcurso de los días que permanecí en el mismo.
Por las características de este evento que se realiza como campamento, en una Bahía a orillas del Pacífico en Guasave, Estado de Sinaloa, (distante 1.800 kmts al norte del D.F.) pude convivir varios días con un numeroso grupo de personas de esa nacionalidad.
La convivencia es realmente necesaria si se desea conocer distintos niveles de espiritualidad; de comportamientos inmersos en las profundidades de los seres humanos, que son denotativos de las diferencias existentes en las personalidades de los habitantes de cada país. Además de sus costumbres que es la parte cultural elocuente.
Puedo hablar de cosas distintas como: clima, palabras, horarios, comidas, gustos y muchas otras que destacan las diversidades identificantes de México. De su música, de su suelo, de sus carreteras. De los altos cerros que forman la cadena montañosa Sierra Madre Occidental -los que me atraparon, en el recorrido hacia el norte por más de 30 hs de viaje en ómnibus.
De las enigmáticas pirámides incas que nos dejan absortos al contemplarlas y nos llenan de preguntas sin respuestas.
De la maravillosa laboriosidad artesanal en tallados de distintas piedras, en plata; de los tejidos en telares, etc.
De sus antiguas edificaciones, permanecientes valorados, donde se refleja un pasado repleto de arte y riquezas.
Pero deseo referirme a la importancia que se le da a la Cultura en la capital mexicana, lo cual pude apreciar en muchos lugares que tuve la suerte de conocer.
Voy a destacar acá: el Palacio de Cultura Banamex. Iniciativa plausible del Banco Nacional de México, sin fines de lucro, cuyo propósito es contribuir a estudiar, conservar y difundir el Arte y la Cultura de ese país; para fortalecer su identidad y dar a conocer su riqueza cultural en el ámbito nacional e internacional. Proyecto nacido por la firme convicción del Banco de continuar invirtiendo en el desarrollo cultural, y que es ofrecido al visitante sin ningún costo para que se puedan apreciar muestras pictóricas de gran importancia. Propiedad del Banco Nacional de México y colecciones públicas y privadas.
Ofrece así mismo áreas de exposiciones, aulas para talleres, espacio para conferencias y actividades afines, biblioteca, etc.
El recorrido se realiza dentro de un marco fabuloso como es el Palacio Moncada, conocido en la actualidad como Palacio Iturbide. Edificio del siglo XVIII de estilo barroco, conservado en brillante estado, con los sistemas más adelantados de control de humedad y temperatura.
Cuenta con personal sumamente capacitado para la atención de los visitantes, de sobresaliente gentileza al recabar opiniones sobre lo allí expuesto.
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Partiendo de lo cultural, el punto vital adonde quiero llegar-que me conmovió desde el principio- es el de las relaciones humanas, vertidas desde lo más hondo, las cuales pude apreciar en las actitudes naturales involucradas en ellos y que me ofrecieron espontáneamente.
Como son: el afecto, la cordialidad, la amabilidad, el respeto, la sencillez. La disposición servicial que fluye en cada gesto, en cada expresión.
La valoración por el Otro -cosa poco frecuente en este mundo anegado de egoísmo y envidia. Especialmente en cuanto atañe a las mismas profesiones.
Todos estos detalles cargados en mis maletas son el enriquecimiento de mi propio yo. Lo que amplía mi sensibilidad, en cuanto a poder definirme en mis conceptos sobre los valores humanos y hacerlo con el más amplio y generoso caudal de los mismos. Porque al pueblo mexicano le debo el afianzamiento de mis propios valores al haberme ofrecido la fuente inagotable de sus virtudes y permitirme beber en ella hasta saciarme.
Vinieron conmigo, muy adentro, y podré desparramar la semilla de su encanto; sus ejemplos de generosidad en la entrega incondicional.
Donde me toque actuar desde mi profesión, a través de la voz y de la palabra escrita, tendré la posibilidad de entregar un poco de lo cosechado en México para poner de relieve lo expresado y muchos otros gestos que lograron instalarse en mi corazón.

Lucy Iaq

Mayo/2004.-

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